La economía británica creció un 0,3 % en el segundo trimestre del año, de abril a junio, frente a los tres meses anteriores, gracias al buen rendimiento del sector servicios, según los datos oficiales revisados y difundidos hoy.
Estas cifras, que suponen el segundo de los tres cálculos que hace la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), no han sorprendido a los analistas, que anticipaban que la cifra del PIB sería igual a la primera estimación dada a conocer el pasado julio.
A nivel interanual, la expansión del Producto Interior Bruto (PIB) fue del 1,7 %, por debajo de las expectativas del Gobierno conservador de la primera ministra, la conservadora Theresa May, que prevé un crecimiento anual del 2 % en 2017.
De acuerdo con la ONS, el sector servicios en su conjunto, considerado pilar de la economía británica, creció un 0,5 % entre abril y junio frente al trimestre anterior, especialmente por un alza del 0,9 % en áreas de hotelería y restaurantes.
El sector de la agricultura aumentó en el trimestre un 0,4%, mientras que el alza de la producción fue del 0,3 %, pero el de la construcción retrocedió un 1,3 %.
La depreciación de la divisa británica, que ha perdido un 15 % de su valor frente al dólar y un 12 % frente al euro desde el triunfo del "brexit" en el referéndum del 23 de junio de 2016, ha encarecido las importaciones y ha hecho subir la inflación, que se sitúa en el 2,6 % tras haber alcanzado el 2,7 % en mayo.
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