Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) acordaron hoy empezar a trabajar en nuevas medidas fiscales que permitan gravar de forma justa la actividad de las gigantes de Internet, como Google, Amazon, Facebook o Apple.
"Hemos pedido a los expertos de los Estados Miembros y a la Comisión Europea (CE) que trabajen hacia soluciones tanto a largo como a corto plazo", dijo el ministro de Finanzas estonio, Toomas Toniste, cuyo país preside la Unión Europea este semestre, en una rueda de prensa al término de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE celebrada en su país.
La Comisión presentará próximamente una comunicación en la que hará un análisis de la situación -problemática, retos, aspectos, técnicos, alternativas legislativas-, que estará lista antes de la llamada "cumbre digital" de jefes de Estado y de Gobierno que se celebra el 29 de septiembre en Tallin.
A partir de ahí, los Estados miembros deberán adoptar en su consejo de diciembre conclusiones en las que indiquen al Ejecutivo comunitario el camino a seguir, de forma que este presentará en la primavera de 2018 la propuesta definitiva, según explicó el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis.
Francia, España, Alemania e Italia llegaron ya al debate con una propuesta conjunta para crear un impuesto sobre la facturación de estas empresas, cuya recaudación permita compensar en parte lo que estarían dejando de abonar en impuesto de sociedades.
Al plan se han sumado oficialmente otros seis países -Austria, Bulgaria, Grecia, Portugal, Rumanía y Eslovenia-, que han firmado la declaración impulsada por París, si bien el ministro español de Economía, Luis de Guindos, precisó que "más de veinte países apoyan" la idea, lo que permitirá generar "presión política" para que salga adelante.
"Aunque la solución a medio plazo debe venir vía el impuesto de sociedades y la definición de establecimiento permanente, las dificultades de tener una solución global son tales que es necesario actuar en corto plazo porque mientras estamos viviendo circunstancias (en las) que hay empresas del ámbito digital que no pagan impuestos casi en ninguna jurisdicción", dijo Guindos.
El problema radica, argumenta la UE, en que las grandes empresas digitales escapan al impuesto de sociedades porque este se aplica en función de dónde se sitúe su sede física, sin tener en cuenta su presencia digital o en qué jurisdicciones está generando valor.
Ejemplo de ello es que un tribunal francés exoneró en julio a Google de pagar 1.115 millones de euros a la hacienda gala por no tener una estructura "estable" en el país.
Los países están de acuerdo en que la solución final debería adoptarse a nivel global, en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el G20, pero mientras esto llega es necesario trabajar en una propuesta a nivel de la UE y en medidas a corto plazo, explicó el ministro estonio.
A largo plazo, las soluciones podrían basarse en redefinir el concepto de establecimiento de la empresa para adaptarlo a los modelos de negocio digitales, mientras que a corto podría introducirse el impuesto compensatorio impulsado por París.
La propuesta no se concretará hasta dentro de meses, pero el consenso se anuncia difícil, en particular porque las decisiones sobre fiscalidad requieren unanimidad.
La idea de una tasa compensatoria se ha topado con la reticencia de Luxemburgo, Dinamarca o Malta, aunque la principal detractora es Irlanda, según fuentes europeas presentes en la reunión, tradicionalmente celosa de su modelo fiscal de bajo impuesto de sociedades.
"Si va a cambiar todo el sistema de imposición uno tiene que mirarlo globalmente, no parcialmente, porque implica a Estados Unidos y a China", dijo el ministro de Finanzas maltés, Edward Scicluna, a su llegada.
El temor de algunos países es que las medidas sean percibidas por Estados Unidos, país de origen de los gigantes digitales, como un ataque a sus empresas, o que se pierda competitividad con respecto a China.